HONDURAS NECESITA SER LIBRE...

SI NO SOMOS CAPACES DE VIVIR COMO HOMBRES Y MUJERES LIBRES, ALEGREMONOS DE MORIR.

HONDURAS necesita ser libre. La libertad que necesitamos, significa, que el gobierno actué de acuerdo con el consentimiento del pueblo, que actué conforme a la voluntad de la inmensa mayoría de la población que hemos cumplido con el deber de asistir a las urnas.

Lo dice nuestra constitución, “La soberanía corresponde al pueblo del cual emanan todos los poderes del estado que se ejercen por representación…”. En nuestro país esos poderes son confiados durante un tiempo a nuestros gobernantes, específicamente por cuatro años. Los diputados no tienen poder – y ni siquiera existencia- con independencia del pueblo.

El verdadero cambio, no vendrá de la conquista del poder por unos pocos, sino del hecho de que todos adquiramos la capacidad de resistir a los abusos de la autoridad. En otras palabras, la libertad se obtendrá educándonos y educando a la población para que tomemos conciencia de la capacidad que tenemos de regular y controlar a la autoridad.

Es la libertad con la que soñamos, la libertad del pobre. Que puedan disfrutar de las cosas más esenciales de la vida, de la misma forma que la disfrutan los ricos. Pero eso no significa que tengan casas como las suyas, pues esas mansiones no son necesarias para ser felices. Muchos de los pobres de nuestra patria, se perderían en esos lugares. Sin embargo, deben tener las comodidades habituales de la vida de que disfrutan los ricos. No tengo la menor duda de que la libertad no será libertad mientras no tengan garantizadas esas comodidades.

Esa es la libertad que propugnamos, no reconoce distinciones por razón de raza, religión, género, preferencia sexual, etc. Tampoco tiene que ser monopolio de unos pocos ni de gente adinerada. La libertad tiene que ser para todos, pero sobre todo para los niños y niñas, los ancianos y ancianas, para los miles de personas hambrientas, campesinos y campesinas, trabajadores y trabajadoras.

Hasta pronto y recuerden compañeros

Sino somos capaces de poder vivir como hombres y mujeres libres, deberíamos alegrarnos de morir.
Luis Santos